Ayer tuvimos la suerte de ver una gran obra, que, antes o después, en una adaptación u otra, todos tenemos que ver. Una versión de La Casa de Bernarda Alba del Centro Dramático Nacional, dirigida por Alfredo Sanzoi.
Tanto la experiencia de entrar al teatro, la sensación que produce el palco, el tapizado rojo de las sillas, la perspectiva desde el segundo piso, la acústica, la iluminación, la bóveda pintada... todo invita a vivir la experiencia de forma consciente, en el presente, atentos a cada palabra, a cada movimiento.
Gracias chicos por compartir esta tarde conmigo, con Bernarda, con Adela, y las demás hermanas.
Nos vemos en la próxima.